Tan sólo dieciséis (Parte III)

03 agosto 2011


Con el paso del tiempo, mi familia y mi mejor amiga me hicieron recuperar la ilusión y la alegría. Estuvieron conmigo en todo momento y no me abandonaron cuando tuve a mi hija. No pude evitar sonreír cuando vi a aquella criatura en mis brazos, fruto de una locura e inspiración del resto de mi vida. Me hice cargo de ella, con ayuda de mis padres, y por ella dejé los estudios a un lado, junto con mis verdaderos sueños y ambiciones. Tuve que ponerme a trabajar y estudiaba algunas noches ayudada por mi mejor amiga. Hice muchos esfuerzos y no sólo para sacar adelante a mi hija, también por mí.
¿Quién me iba a decir a mí que yo, la que odiaba las responsabilidades, iba a tener que hacerme cargo de una niña con tan sólo dieciséis años? Y parece mentira que sea ahora, cinco años más tarde, cuando me doy cuenta de todo y del error que muchos adolescentes cometemos hoy. Quise ser mayor antes de tiempo, vivirlo todo de un tirón, no tener que esperar por esas experiencias sino vivirlas al instante, fuera como fuese y con quien fuese. Ese fue mi error. Entendí mal la típica frase "vive cada día como si fuera el último". No expresa que tengas que vivir las situaciones de un año entero en un solo día, expresa que tienes que vivir las situaciones día a día. Porque todo nos llega, pero a su tiempo. No hay que intentar crecer antes porque cuanto más lo intentas, más niño te vuelves y no terminas de madurar  para llegar a ser adulto.
Y hoy vuelvo a pedirle perdón a mi mejor amiga por todo lo que le hice pasar. Ella, la responsable y precavida, la reservada y ya no tan sosa para mi gusto que tiene tiempo para todo. A diferencia de mí, con sus veinte años estudia lo que siempre ha querido, con un novio guapísimo que la adora y con tiempo para salir de marcha por las noches. Me avergüenzo de mí misma por haberme reído de ella y haberla llamado retrasada cuando soy yo la que no tiene tiempo para cumplir aquellos sueños porque tiene una hija. Y ella, tan buena amiga, sigue ayudándome, viniendo a verme y estando siempre conmigo.
Y hoy vuelvo a pedirle perdón a mis padres por haberles faltado el respeto. Ningún hijo se da cuenta de todo lo que hacen por nosotros. Decimos que no nos comprenden pero sí lo hacen. Se desviven por nosotros y no reconocemos que llegamos a ser lo que somos gracias a ellos. Porque no me abandonaron cuando estuve mal, me ayudaron y me levantaron sin tenerme nada en cuenta. Y eso sólo lo hacen ellos, los que te dieron la vida y te ayudan a crecer como persona. Sólo que eso no sabemos verlo.
Cierro el cuaderno y me cruzo con la mirada de mi hija que sonríe alegre desde el tobogán. La saludo antes de cruzarme con una chica de dieciséis años que discute con su madre porque no la deja ir a esa fiesta tan estupenda. Después de dejarle claro que no, ella la mira malvada. La reconozco. Esa noche se escapará e irá a la fiesta. Suspiro y rezo por ella y su suerte, para que no cometa el mismo error que yo y otras muchas. Por desgracia sé que esa joven inocente no la tendrá. Vuelvo a mirar a mi hija y dudo.
Miro a la chica, recuerdo tantos otros casos que se han oído por la tele y las jóvenes, sin embargo, siguen cayendo. Cuando comencé a escribir esta historia pensé que sería una gran idea. Pensé que, quizás, sería ese ejemplo que lograra que muchos casos como el mío fueran diferentes. Ahora ya no estoy tan segura.


FIN



picasion.com

7 comentarios:

  1. Genial!!! Espero que sigas subiendo porque me gusta mucho comoe scribes nati!
    Por cierto, tercer capítulo de Mentiras que creí en mi blog. Pásate y me dices qué te parece (: Gracias!!

    Ah! Y avísame si subes más por tuenti: May Ackles Padalecki/ May Ackles Padalecki Segundo; o por aquí! besos!

    ResponderEliminar
  2. Awww que fin tan bonito! Supongo que espero que a muchas les sirva esto de ejemplo aunque esta historia sea ficticia.

    ResponderEliminar
  3. Es un relato un poco triste pero que expresa muy bien la situanción de muchas chicas. Yo no creo que sea una mala idea que ella hubiese empezado a escribir lo que le pasó, lo que sí creo es que a las chicas seguirán cayendo por muchas veces que les cuenten algo así o que les digan y adviertan lo que les puede ocurrir porque por desgracia muy pocas personas aprenden de los errores ejenos, casi todos nosotros sólo somos capeces de aprender de los propios y cuando lo comprendemos ya es demasiado tarde para arreglarlo porque ya los hemos cometido ¿verdad? xD

    ResponderEliminar
  4. Verdaderamente es una historia muy triste, pero inevitablemente real.
    Me gusta muchísimo como escribes, sin duda eso es algo me ha hecho leerme la historia rápidamente de un tirón, pero no sólo ha sido tu gramática y tu forma de expresarte, sino que además has logrado emocionarme verdaderamente.
    Indudablemente GENIAL!
    Un beso ^^

    ResponderEliminar
  5. Grace Oxford13/8/11 23:03

    Espero que escribas mas historias puesto que esta empeze a leerla y no pude parar hasta el final :)

    ResponderEliminar
  6. Hola!!...pues que quieres que te diga...Cada día que leo tu blog consigues que sienta algo diferente y cada día me gusta mas...:) por eso te sigo y que me encanta la historia..es triste y expresa mucho sentimiento sigue escribiendo..y recuerda...Escribe con el corazón y no es fuerces...Se feliz!!

    ResponderEliminar
  7. Me encanta ¡¡
    Estaría muy bien que hicieran un libro con historias como está y de otras cosas para abrirnos los ojos a los jóvenes .
    Un Beso Enorme :)

    ResponderEliminar