Con el paso
del tiempo, mi familia y mi mejor amiga me hicieron recuperar la ilusión y la
alegría. Estuvieron conmigo en todo momento y no me abandonaron cuando tuve a
mi hija. No pude evitar sonreír cuando vi a aquella criatura en mis brazos,
fruto de una locura e inspiración del resto de mi vida. Me hice cargo de ella,
con ayuda de mis padres, y por ella dejé los estudios a un lado, junto con mis
verdaderos sueños y ambiciones. Tuve que ponerme a trabajar y estudiaba algunas
noches ayudada por mi mejor amiga. Hice muchos esfuerzos y no sólo para sacar
adelante a mi hija, también por mí.
¿Quién me
iba a decir a mí que yo, la que odiaba las responsabilidades, iba a tener que
hacerme cargo de una niña con tan sólo dieciséis años? Y parece mentira que sea
ahora, cinco años más tarde, cuando me doy cuenta de todo y del error que
muchos adolescentes cometemos hoy. Quise ser mayor antes de tiempo, vivirlo
todo de un tirón, no tener que esperar por esas experiencias sino vivirlas al
instante, fuera como fuese y con quien fuese. Ese fue mi error. Entendí mal la
típica frase "vive cada día como si fuera el último". No expresa que
tengas que vivir las situaciones de un año entero en un solo día, expresa que
tienes que vivir las situaciones día a día. Porque todo nos llega, pero a su
tiempo. No hay que intentar crecer antes porque cuanto más lo intentas, más
niño te vuelves y no terminas de madurar
para llegar a ser adulto.
Y hoy
vuelvo a pedirle perdón a mi mejor amiga por todo lo que le hice pasar. Ella,
la responsable y precavida, la reservada y ya no tan sosa para mi gusto que
tiene tiempo para todo. A diferencia de mí, con sus veinte años estudia lo que
siempre ha querido, con un novio guapísimo que la adora y con tiempo para salir
de marcha por las noches. Me avergüenzo de mí misma por haberme reído de ella y
haberla llamado retrasada cuando soy yo la que no tiene tiempo para cumplir
aquellos sueños porque tiene una hija. Y ella, tan buena amiga, sigue
ayudándome, viniendo a verme y estando siempre conmigo.
Y hoy
vuelvo a pedirle perdón a mis padres por haberles faltado el respeto. Ningún
hijo se da cuenta de todo lo que hacen por nosotros. Decimos que no nos
comprenden pero sí lo hacen. Se desviven por nosotros y no reconocemos que
llegamos a ser lo que somos gracias a ellos. Porque no me abandonaron cuando
estuve mal, me ayudaron y me levantaron sin tenerme nada en cuenta. Y eso sólo
lo hacen ellos, los que te dieron la vida y te ayudan a crecer como persona.
Sólo que eso no sabemos verlo.
Cierro el
cuaderno y me cruzo con la mirada de mi hija que sonríe alegre desde el
tobogán. La saludo antes de cruzarme con una chica de dieciséis años que
discute con su madre porque no la deja ir a esa fiesta tan estupenda. Después
de dejarle claro que no, ella la mira malvada. La reconozco. Esa noche se
escapará e irá a la fiesta. Suspiro y rezo por ella y su suerte, para que no
cometa el mismo error que yo y otras muchas. Por desgracia sé que esa joven
inocente no la tendrá. Vuelvo a mirar a mi hija y dudo.
Miro a la
chica, recuerdo tantos otros casos que se han oído por la tele y las jóvenes,
sin embargo, siguen cayendo. Cuando comencé a escribir esta historia pensé que
sería una gran idea. Pensé que, quizás, sería ese ejemplo que lograra que
muchos casos como el mío fueran diferentes. Ahora ya no estoy tan segura.
Genial!!! Espero que sigas subiendo porque me gusta mucho comoe scribes nati!
ResponderEliminarPor cierto, tercer capítulo de Mentiras que creí en mi blog. Pásate y me dices qué te parece (: Gracias!!
Ah! Y avísame si subes más por tuenti: May Ackles Padalecki/ May Ackles Padalecki Segundo; o por aquí! besos!
Awww que fin tan bonito! Supongo que espero que a muchas les sirva esto de ejemplo aunque esta historia sea ficticia.
ResponderEliminarEs un relato un poco triste pero que expresa muy bien la situanción de muchas chicas. Yo no creo que sea una mala idea que ella hubiese empezado a escribir lo que le pasó, lo que sí creo es que a las chicas seguirán cayendo por muchas veces que les cuenten algo así o que les digan y adviertan lo que les puede ocurrir porque por desgracia muy pocas personas aprenden de los errores ejenos, casi todos nosotros sólo somos capeces de aprender de los propios y cuando lo comprendemos ya es demasiado tarde para arreglarlo porque ya los hemos cometido ¿verdad? xD
ResponderEliminarVerdaderamente es una historia muy triste, pero inevitablemente real.
ResponderEliminarMe gusta muchísimo como escribes, sin duda eso es algo me ha hecho leerme la historia rápidamente de un tirón, pero no sólo ha sido tu gramática y tu forma de expresarte, sino que además has logrado emocionarme verdaderamente.
Indudablemente GENIAL!
Un beso ^^
Espero que escribas mas historias puesto que esta empeze a leerla y no pude parar hasta el final :)
ResponderEliminarHola!!...pues que quieres que te diga...Cada día que leo tu blog consigues que sienta algo diferente y cada día me gusta mas...:) por eso te sigo y que me encanta la historia..es triste y expresa mucho sentimiento sigue escribiendo..y recuerda...Escribe con el corazón y no es fuerces...Se feliz!!
ResponderEliminarMe encanta ¡¡
ResponderEliminarEstaría muy bien que hicieran un libro con historias como está y de otras cosas para abrirnos los ojos a los jóvenes .
Un Beso Enorme :)